Marcelo Juan Valenti, de Rosario, me acercó algunos de sus poemas que me han gustado mucho y que quiero compartir con ustedes. Son sútiles creaciones, sutiles montajes de imagenes, sutiles paisajes. Lindos poemas, che, ojála disfruten con ellos como disfruté yo.
Clásico el vacío,
clásico el silencio,
de esta tarde
en la ciudad.
El paisaje
es una voz
sorda,
que hipnotizó a los habitantes.
Cruzo,
con mutua sorpresa,
a los otros no convocados
por la pasión.
------------------------------------------------------------------------------------------------
Soy un vagabundo
escondido
en el territorio casual
de mis ojos
cerrados.
Oscuridad
es la palabra que me guía.
El panorama
concluye
en el párpado.
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Presencia
constante
del islote
frente a la felicidad.
¿Quién se atreve a nadar con tiburones?
Al cálido manto del agua
sucede
la frialdad de la tierra.
El paisaje
que otros ven,
me incorpora.
Clásico el vacío,
clásico el silencio,
de esta tarde
en la ciudad.
El paisaje
es una voz
sorda,
que hipnotizó a los habitantes.
Cruzo,
con mutua sorpresa,
a los otros no convocados
por la pasión.
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Soy un vagabundo
escondido
en el territorio casual
de mis ojos
cerrados.
Oscuridad
es la palabra que me guía.
El panorama
concluye
en el párpado.
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Presencia
constante
del islote
frente a la felicidad.
¿Quién se atreve a nadar con tiburones?
Al cálido manto del agua
sucede
la frialdad de la tierra.
El paisaje
que otros ven,
me incorpora.
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