martes, 25 de septiembre de 2007

la rosa de cobre

Junto con el maestro Alberto Abeliza (http://www.spora.com.ar/abeliza/htm/index.html o http://editorialobelisco.blogspot.com/ ) hicimos el Manifiesto textual. Trabajo que puede leerse en La rosa de cobre, última publicación que dirije este dibujante que vale la pena conocer, por su poética, por su manera de expresar, por su modo de invitarte a ver el mundo desde un ojo que es pura ternura... mirá sus trabajos y vas a ver de que te hablo...

Acá nuestro primer trabajo juntos...

Manifiesto Textual
Cabe destacar, como caben las sardinas en una lata o mi mano en el bolsillo roto del pantalón, como caben los días y los amplios panoramas de pensamiento en un manual de quinto grado; cabe destacar, como decía, que no hay más papel, que todo el papel ha sido usado. Con o sin provecho, fantástica o arrogantemente, con amplios vuelos o trazos torpes de tortuga marítima, con ametralladoras o ruegos, con picardía, complacencia o vana disposición de los astros.
Ha sido usado todo el papel que se ha podido y de todas las maneras posibles: del revés, sin ensuciarlo, tapándolo por todas partes, desparramando sobre él una oración tras otra o usando el propio papel como significación y ya no hay nada que se pueda hacer con él, salvo limpiarse decorosamente el culo o mandarnos avioncitos con poemas adentro.
Yo elijo lo último y me subo en él y viajo.
Cabe destacar, entonces, que hicimos del papel un viaje.
Cabe destacar que hice un avión de las palabras y me subí a volar. Pero mi cielo era de algodón y me enredaba poco a poco en las palabras que se llenaban de espuma y caían sobre las casas lejanas. En ellas había café con leche para despertarse y nada más.
Y mi avión giraba en círculos porque era un lugar para quedarme solo.
Cabe destacar, como cabe toda una ciudad en un mapa o todas las palabras en un diccionario; cabe destacar, decía, que yo no quería estar solo. Mi viaje era hacia los otros pero no sabía como invitarlos sin ofender.
Porque el papel se ha usado como servilleta, como pintura, como margen y sin él, con renglones o cuadrados, con manchas de tinta o como excusa para no hacer nada. El papel en blanco era el desierto, era la vacuidad, era lo posible que mejor no trastocar en pavada, era la zona para que uno sueñe que… pero mejor no intentarlo porque… El papel fue guerra, el papel fue silencio, el papel cortó la yema con su borde delgado. Cabe destacar, como cabe un beso en cada boca o una palabra dulce en un enfermo; cabe destacar, decía, que el papel nunca fue usado como punto de reunión, como zona de juego colectivo e inocente.
Yo elijo lo último y viajo en mi avión buscando compañeros.

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